sábado, junio 09, 2007

Una abeja entre un cigarro y la lluvia...


Abeja blanca zumbas ebria de miel en mi alma, mientras fumo un cigarro en la oscuridad de la noche, tu te tuerces en lentos espirales de humo.


Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche.
tu cuerpo desnudo de estatua temerosa.

He aquí la soledad de donde estás ausente.

Llueve. Con una suave brisa sureña que cala mis huesos, y tu siempre digna no te mueves ni te hechas a volar buscando tu hogar.

El agua anda descalza por las calles mojadas.
De aquel árbol se quejan, como enfermas, las hojas.

Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.

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